La Película de mi Mente

Pellicula, -ae: película.
Mea, meus, meum: mi.
Mens, mentis: mente.
Meae Mentis Pellicula: La Película de mi Mente.

No hace mucho tiempo, pude tenerte entre mis brazos otra vez. 
Tras estos meses he vuelto a estar a tu lado. Abrazado a ti. Sintiendo tu calor junto al mío. Observando cada esquina de tu rostro, de tu cuerpo. Contando los lunares que hacen arte en tu piel, que crean constelaciones de estrellas. 

Recuerdo que mis brazos tenían presa a tu cintura. Mis labios besaban tu cuello sin previo aviso, erizando tu vello y haciendo estremecer a tu cuerpo. 
Te quería entero para mí. Te quiero entero para mí.
Mis ojos marchaban en los tuyos y no volvían, tal vez por mi gran adicción al café. Nunca había bebido uno tan adictivo como tus ojos. 
De ahí, marchaba a tu sonrisa, infantil e inocente como siempre, preciosa en cada ángulo, dedicada a mí. 
Volvía a besarte,
regresaba al desastre.
Incapaz de contenerse, mis labios se volcaron en los tuyos desde la última vez que tuve la oportunidad de probarlos. Sabía a azúcar: sabía a ilusión. Era como si me estuvieran esperando, o tal vez fueran mis ganas de besarte otra vez, por mi mala costumbre de echarte de menos. Y de más. Pero más de menos que de más.
Te quiero.

Pero algo se agita entre nosotros y te marchas de repente. En un parpadeo. Ya no estabas. Solo había oscuridad, que hablaba con una respiración agitada. La cabeza me taladraba este recuerdo para borrarlo de mi mente, pero cualquier pastilla suicida acabó con esa intención y ahora lo mantengo hasta que se disuelva por sí solo. O hasta que se cumpla.

Todo había sido un sueño. Una película.
Ojalá hubiera sucedido en mi Baile de Ensueño, bajo la lluvia y el pianista de la calle de los corazones rotos, porque sé que allí todo se mantiene en su sitio. Nada se mueve. Nada se detiene. Todo sigue su curso y es constante. El recuerdo nunca muere y solo accedo yo para encontrarme con Él.
Pero si es un sueño, nada me asegura que pueda recordarlo para siempre. ¿Qué pasa si lo olvido? ¿Sería triste... o me hará más feliz, lejos del dolor del recuerdo de nuestra historia?

Quiero marcharme a ser feliz
y no volver nunca.


Las cosas suenan mejor cuando sigue el compás del latido de tu corazón.

Y en ese momento, la nostalgia de esa película, lenta y amable, no se correspondía con la velocidad de mi corazón, acelerado, con miedo, nervioso y perdido en aquella oscuridad. No estabas allí. Todo había sucedido tan rápido como la última vez que mis ojos pudieron recorrer la comisura de tu sonrisa.
¿Qué hay de esos fantásticos hoyuelos?
¿Dónde está el origen de nuestro cariño? ¿En qué lugar de este cruel mundo se ha perdido?

Por primera vez había vuelto al cielo de donde caí. Tú estás allí; yo no: yo solo nado en las llamas del infierno de este sueño.
Un cortometraje. De cine mudo. Sin diálogo entre nosotros, con tan solo palabras que desprendías con tu risa. Tal melodía se quedó grabada en el interior de mi cabeza, como una canción pegadiza que te alegra el cuerpo; no paro de tararearla.  


Sentí tu tacto de nuevo.
Solo nos separaban diez dedos que enlazaban a la perfección.
Volvía a cruzar mi mano con la tuya como solo los amantes saben hacer. Queriéndose. Deseándose.
Se. Valor recíproco. 
Pero es mentira. El único que ama soy yo.
Quien ama la soledad.
Quien ama la oscuridad.
Quien ama la ausencia y el tiempo, infinito para quien tiene la mitad de su corazón perdido.
Quien ama lo que el espejo le devuelve.

Dicen que el sueño nunca muere si el soñador sigue vivo. Pero ¿puede un sueño matar al soñador?
Y es que

cuando lo inalcanzable se tiene tan cerca,
la cabeza se llena 
de ilusiones y esperanzas.


Tal vez hayas soñado tú conmigo de la misma manera que yo.
Ojalá se tratara de un limbo en que los sueños de dos personas se encuentran, y tanto tú como yo hubiéramos recreado la misma película. Así podríamos encontrarnos sin cruzar ninguna palabra, pero queriéndonos como el primer día.

Puede que me equivoque y solo sea un sueño.
Puede que no. A lo mejor sí existe ese limbo y vuelves a quererme de nuevo.
Pero, en cualquier caso, no deja de ser un sueño. Imaginación. Películas que se reproducen desde nuestros deseos.
Así que será que el sueño y el limbo se cruzan. 
Porque sueño con tenerte de nuevo... desde el más profundo y sincero cariño.


-Principito.

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