Will (never) be enough
Las luces comienzan a desaparecer.
El público aplaude.
Silencio.
El telón, por fin, deja ver la vida que ocultaba detrás y enmudece al público con su escena. Allí, un niño en el centro de un caluroso foco rojo. Es pequeño; no sabría exactamente decir la edad. Tiene el pelo moreno y unos ojos redondos. Pero eso no es lo mejor.
El público aplaude.
Silencio.
El telón, por fin, deja ver la vida que ocultaba detrás y enmudece al público con su escena. Allí, un niño en el centro de un caluroso foco rojo. Es pequeño; no sabría exactamente decir la edad. Tiene el pelo moreno y unos ojos redondos. Pero eso no es lo mejor.
Su pelo está alborotado
y despeinado de sueños.
Sus ojos están hechos de sendas doradas cargadas de esperanzas, camino hacia el mar de sus pupilas.
Se pasea por el escenario solo. Así lo ha hecho siempre; nació para interpretar ese papel. Hacia delante, sin la aprobación de los demás. Haciéndolo bien, lo mejor que puede, con pasión, con sudor, con sangre y lágrimas... pero nunca para atrás.
Sin embargo, nunca es suficiente. Nunca será suficiente.
Nadie le apoya. Nadie le ayuda. No quieren hacerlo... No confían en lo que él cree y le dejan solo e indefenso frente a las tormentas en mar abierto, sin preocuparse por si pudiera ahogarse y desaparecer. Y eso duele... Porque le olvidan para quedarse con quién sí confían.
Comprendió que, por muy bien que lo hiciera, por mucho que lo felicitasen por su progreso, ninguno jamás lo siente en el fondo, que todo es pura apariencia. Nunca lo ayudarán a iluminar su camino en la oscuridad porque no les interesa. No confían. Nunca será suficiente para demostrarles que están equivocados y que llegará a alcanzar sus sueños, pero que necesita ayuda. Siempre lo verán como alguien soñador, pero nunca será suficiente. Siempre alcanzará victorias, pero nunca será suficiente. Siempre le dirán que está bien, pero nunca será suficiente.
Siempre estará solo
pero nunca será suficiente.
Lo verán crecer y le escucharán soñar. Pero nunca... nunca le preguntarán por cada herida que sangró en cada ensayo. Por cada golpe que recibió. Por cada bloqueo, por cada frustración, o por todas las decepciones que tuvo que vivir mientras interpretaba al niño que arrojó el escenario en la primera escena. Porque no confían en lo que él cree. Porque nunca será suficiente.
Haga lo que haga... y por mucho que parezca hacerles ilusión... nunca será suficiente. Siempre será un entretenimiento. Pero para el niño, siempre ha sido y será su futuro, su destino, su arte y su vida. Siempre será.
Él es el único que tiene esperanza en sí mismo: la esperanza de sus ojos.
Solo ese niño es capaz de lanzar lejos sus sueños, para así llegar a recogerlos más lejos todavía y lanzarlos de nuevo. Solo.
Entonces entendió una cosa. Si todo lo había logrado él solo... nunca necesitará a nadie. Siempre sufrió en solitario sus propios errores en el escenario, siempre se curó sus propias heridas para volver a cortarse de nuevo, siempre lanzó él solo sus propios sueños más lejos cada vez que llegaba a ellos. Así qué ¿por qué iba nunca necesitar a alguien?
Y cuando llegue el momento... cuando sus sueños por fin brillen... todos se darán cuenta que se equivocaron. Porque un día se cumplirán. Y por entonces, él seguirá caminando como siempre lo hizo. Una vez le dijeron que no existen soñadores pequeños ni sueños grandes. Que si te caías en medio de tu función, solo tenías que sacar pecho. Nunca nadie lo comprendió tanto como él.
Siempre solo, y siempre lo lograba.
Y eso es suficiente.
-Principito.
Muy emotivo. Me he sentido identificado con el niño. Escribes muy bien, sigue así!
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tus palabras y ánimos (y por leerme!) ! :)
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