Suerte con las estrellas

Fortuna, -ae: fortuna, suerte.
Stella, -ae: estrella.
Fortuna cum stellis: Suerte con las estrellas.

Negar que todo esto comenzó gracias al destrozo de la Belleza Imperfecta sería absurdo. Sería hipócrita. ¿Olvidarme del sabor de la desilusión? Para nada, pues gracias a él se creó todo esto. ¿Os acordáis de la Teoría de Puntos? 

Con la necesidad de expresar mis palabras y las ilusiones rotas y clavadas en mi corazón, los sentimientos que salían de cada una de sus grietas necesitaban ser escritos en alguna parte, pintados en alguna pared o grabados en cualquier mente. Contarlo en voz alta. Por mí. Para mí.
No era para nadie en un principio, ni si quiera yo era alguien, solo es que tenía la necesidad de expresarme. De contar mi verdad, de concienciarme de ella. De procurar que, de alguna manera, mis crónicas no pasen desapercibidas y pueda recordar lo que he vivido y a lo que he sobrevivido.
Y mirad cómo se ha puesto todo: patas arriba...
Mi cabeza también quiso unirse y decidió gritar en cada palabra aquello que pensaba tan solo para calmar a las almas heridas que han hecho posible lo que he llegado a ser: vosotros.
Ya lo sé. No sois más que veinte personas. Pero suficientes para hacerme creer que hay alguien que me escucha, alguien a quien le importa lo que narro en cada una de mis aventuras y las conversaciones que tengo con Peter Pan. Mis reflexiones, compartir mis dolores, salvarme de las guerras en las que me veía envuelto contra mi corazón y mi cabeza.

Suficiente para saber que existo.

Hasta entonces no había tenido la oportunidad de descubrirme. De saber quién era realmente y de dónde venía, qué era eso que ni yo mismo sabía que escondía pero que sabía que había algo más que formaba parte de mí. Y después de este trayecto que se me ha antojado largo, aquí estoy: irreconocible.
Habían callado a un Principito perdido en algún rincón de mi cuerpo, en algún asteroide absorbido por alguna supernova, sin rosas ni problemas cotidianos con los que lidiar, como el Principito con los baobabs. Tal vez incluso se haya encontrado con Arcoiris en alguna ocasión y no me haya dado cuenta. ¿Quién sabe...?
Sin embargo, nada de esto no hubiera ocurrido de no ser por cada una de las personas que se han cruzado en mi sendero hacia el asteroide B-612. No habría sido posible sin haber recibido cada golpe, sin haber reído, sin haberme caído, sin haber aprendido de los errores, sin haber sacado el lado bueno de las cosas, sin haber llorado...

Nada.

Cada criatura que ha visto mis ojos ha despertado en mí una parte que estaba callada. Y son muchas quienes lo han hecho, y grandes cosas son las que me han aportado. Desde luego, no las olvidaré nunca.
La Belleza Imperfecta. Comienzo por ti, ya que fuiste quien desencadenó mi desastre y mi caos placentero: gracias por prender la mecha de este largo camino. Aunque en mi coraza no seas bienvenido, una parte de mí te lo agradece y sabe que te deseo lo mejor, que te vaya bien y que seas feliz. Ojalá nos hubiésemos enamorado, ¿no? Pero nadie tiene la potestad de elegirlo, así que ya no te guardo rencor al echar la vista atrás. Sin ti, repito, no habría empezado. A pesar de que nuestra historia solo tiene un capítulo. No ha hecho falta ninguno más para cerrar una aventura sin tesoro.

El Chico de la Línea 11. Gracias por alegrarme todas las mañanas. Ojalá te siga encontrando en cada esquina del amanecer, porque me resultaba fantástico verte todos los días. Hacías que me despertara de buen humor.



Desde aquí hago una promesa: si regresas a mis amaneceres cuando vuelva a despertar, prometo que me acercaré para conocerte. A lo mejor resulta que podemos escribir La Historia Interminable y no lo sabemos.
Ojalá algún día leas esto.
¿Trato hecho, Chico de las Mañanas?

Mi Primera Dama, del sabor de la alegría y con quien me espera un gran futuro. No me olvides, porque yo siempre recordaré tus brazos cuando el Chico de los Ojos de Café encerró al Principito y por todo lo que hemos pasado, por haberme acogido con unos brazos abiertos y dispuestos a conocerme cuando no era nadie, un extranjero, alguien que se había perdido. Aunque nuestros corazones no sean del mismo color. Acuérdate de mí, porque tenemos una boda pendiente de organizar.

Niña Pequeña. Tú, pequeña Bu, no olvides lo mucho que me has ayudado, porque jamás se me borrará la imagen que tenemos abrazándonos bajo la lluvia mientras tú intentas adivinar cuáles son mis lágrimas y cuáles las del cielo. 



La Chica de Gala. Ya lo sabes todo. Me faltan las palabras y a la vez se me llena la boca de gracias que le rezo al País de los Panteones. Eres mi espejo, sin lugar a excepciones de finales trágicos, con quien sigo las migas de pan que van dejando nuestras esperanzas de encontrar a quien merezca la pena. Recuerda que esa aventura la recorremos juntos, y aún no hemos terminado: nos faltan muchos corazones que visitar.

Arcoiris. Tan bella como tú sola. Ojalá siguieras conmigo, a mi lado como antaño. Podríamos hacer muchas cosas juntos tu y yo, pero te marchaste por mi culpa y es algo que siempre cargaré en mi conciencia. Aún guardo tus pinturas favoritas. Funcionan...

La Vendedora de Felicidad y Pequeño Corazón. Ya veis que no puedo separaros, hablar de cada una por descontado. Fuisteis las primeras reclutas de mi ejército de Ángeles Custodios y quienes me enseñaron a ser quien yo quisiera ser, a ganar las guerras internas y a calmar el corazón. Gracias. Aún nos queda mundo que caminar. 



Él. A ti te seguiré viendo en mi Baile de Ensueño, pues aún sueño con encontrarte alguna vez, pero no en el Baile: a mi lado. Abrazarte sin que los globos de tu corazón me separen de ti. Mientras tanto, me conformaré con verte allí cada vez que acuda. No te vayas. Eres el único que acaricia mi corazón en vez de golpearlo. Aunque no sepa quién eres todavía, pero es suficiente para quererte.



La Chica de la Risa Eterna. ¿Qué haría yo sin ti? ¿Qué pasaría si no tuviéramos que aguantarnos diariamente?
Pero ya sabes que no te vas a deshacer de mí tan fácilmente. Que este no es el final. Que todavía tenemos algo que cambiar.
No tengo palabras para agradecerte todo el apoyo que me has regalado y todas las lecciones que he aprendido. 
Espero que sigas riendo eternamente.

El Chico de las Estrellas. Nunca he hablado de ti, pero apuesto a que Peter Pan viene todas las noches a visitarme y me lleva a Nunca Jamás.
Has sido la fuente de mi inspiración, el lago que reflejaba mis sentimientos a la perfección cuando nada estaba bien, quien ha abierto su corazón al mundo y me ha enseñado a soplar a la Luna y pedirle deseos.
Ojalá algún día logré ser como tú, porque eres un verdadero héroe en la vida de muchas personas.



El Pequeño Leñon Herido, la Chica Nerviosa, Señor Roto, Selva, Bailarina, El Comandante, El Chico de los Ojos de Café, Pequeña Luchadora, Perlas de Turrón... Y todavía me dejo a muchas personas por nombrar, seguro, pero la lista es tan larga que no sé dónde termina. Son muchas las que me han aportado algo valioso y es poco el tiempo que he tenido de hacer las cosas. Pero os prometo que no habrá una sola persona que no conozca vuestro nombre.

Si no os habéis dado cuenta aún: me marcho.
Me marchó a aferrarme a la siguiente bandada de pájaros silvestres en dirección a la soledad, a la calma y al frío. Pero con billete de vuelta. 
No obstante, voy a necesitar mucho tiempo hasta que logre encontrarme por completo, y hasta septiembre no volveré.


Me he propuesto alcanzar el sol con mis propias manos. Saber qué se siente.
La ausencia de este diario.
Llegaré con nuevas aventuras, porque aún me faltan muchas por vivir y muchos tesoros con los que hacerme. El verano es muy largo y no pienso perder el tiempo.
A lo mejor me enamoro. A lo mejor no. Pero de lo que sí estoy seguro es de que todavía no he descubierto el sabor de todos los sentimientos, así que tengo mucho trabajo por delante.
¿Y qué hay de las personas que conozca en estos meses? 
Sin duda os hablaré de ellas en mi regreso. 

Así que no toméis esto como una despedida definitiva, porque este cuaderno me ha acompañado desde noviembre y lo hará hasta el fin de mis días. Pero necesito explorar y descubrir el mundo.

Que esta etapa se ha antojado dura, oscura, frustrante, dolorosa... Y, ahora que ha terminado, me siento más vivo que nunca porque sé por todo lo que he pesado y que, a pesar de eso, he sobrevivido con los trucos de magia de todas estas personas.

Desde aquí os digo:

Suerte con las estrellas.
Porque ya oigo a los pájaros piar.


El fuego en el que ardo
ya no me quema la piel.
No me hace daño.
Ahora forma parte de mí,
de mi piel,
de mi sangre.



-Principito.


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