Nuestra banda sonora
Dejamos de creer cuando dejamos de soñar. Una vez dije que tal vez los meses suenen como canciones y los días sean la banda sonora de nuestra vida. ¿Piensas que no es cierto? Bueno... te contaré una historia. Vaya, ya son tantas que se podrían escribir más relatos. Espero que te guste. Hubo un día en que decidí liberar a los pájaros enjaulados que vivían en mi cabeza. Aún me acuerdo de sus nombres. Imaginación, Ilusión, Sueño, Arte, Felicidad, Deseo, Amor, Alegría, Anhelo, Risueño... Y muchos más. Todos ellos eran hermosos y de majestuosas plumas. Entonces, echaron a volar y desaparecieron para siempre por mi mente. Desde entonces no han vuelto, porque ahora son libres. A veces pían en algún rincón remoto, y yo escucho las historias que me cuentan. Estoy en una sala oscura. De repente, la luz aparece vagamente y descubro un piano de cola entre mis dedos. Tiene una tesitura de ocho octavas. Parece hecho para mí. La luz me permite entrever que estoy sentado frente...